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FORMACIÓN DEL ASA CARDIACA

 El tubo cardiaco sigue aumentando de tamaño al tiempo que se agregan células del CCS en su extremo craneal (Fig. 13-2). Este proceso de crecimiento resulta esencial para la integración normal del ventrículo derecho y la región del tracto de salida (cono y tronco arterial, que forman parte de la aorta y de la arteria pulmonar) y para el proceso de plegamiento. Si se inhibe el crecimiento del tubo cardiaco, se desarrolla una serie de defectos del tracto de salida, entre ellos DSVD (ambas arterias, aorta y pulmonar, emergen del ventrículo derecho), CIV (comunicación interventricular), tetralogía de Fallot (Fig. 13-34), atresia pulmonar (Fig. 13-36 B) y estenosis pulmonar.


Mientras el tracto de salida continúa alargándose, el tubo cardiaco comienza a curvarse el día 23. La porción cefálica del tubo realiza esta acción en dirección ventral, caudal y hacia la derecha (Fig. 13-7), en tanto la porción auricular (caudal) se desplaza en sentido dorsal, craneal y a la izquierda (Figs. 13-7 y 13-8 A). Este plegamiento, que pudiera ser consecuencia de cambios de la configuración celular, origina el asa cardiaca. Su formación se completa el día 28. Mientras se forma el asa cardiaca se observan expansiones localizadas a todo lo largo del tubo. La porción auricular, al inicio una estructura par situada fuera de la cavidad pericárdica, constituye una aurícula común y posteriormente se incorporará a la cavidad pericárdica (Fig. 13-7). La unión auriculoventricular no se expande y da origen al conducto auriculoventricular, que conecta a la aurícula común con el ventrículo embrionario temprano (Fig. 13-9). 

El bulbo arterial es estrecho, excepto en su

tercio proximal. Esta región dará origen a la porción trabeculada del

ventrículo derecho (Figs. 13-7 y 13-9). La región media, el cono arterial,

constituirá los tractos de salida de los dos ventrículos. La porción distal del

bulbo, el tronco arterial, formará las raíces y los segmentos proximales de la

aorta y la arteria pulmonar (Fig. 13-9). La unión entre el ventrículo y el bulbo

arterial, indicada externamente por el surco bulboventricular (Fig. 13-7 C),

permanece estrecha. Se le denomina foramen (agujero) interventricular

primario (Fig. 13-9). Así, el tubo cardiaco se organiza por regiones siguiendo

su eje cráneo-caudal en el orden siguiente: región troncoconal, ventrículo

derecho, ventrículo izquierdo y región auricular (Fig. 13-7 A-C). Cuando el

plegamiento se completa el tubo cardiaco de pared lisa comienza a desarrollar

trabéculas primitivas en dos zonas bien delimitadas, justo en posición proximal y

distal al foramen interventricular primario (Fig. 13-9). El bulbo conserva sus

paredes lisas durante algún tiempo. El ventrículo primitivo, que cuenta ahora

con trabéculas, se denomina ventrículo izquierdo primitivo. De igual modo, el

tercio proximal trabeculado del bulbo cardiaco se nombra ventrículo derecho

primitivo (Fig. 13-9).


La región troncoconal del tubo cardiaco, al inicio en el lado derecho de la

cavidad pericárdica, se desplaza de manera gradual hasta alcanzar una posición

más medial. Este cambio de posición es consecuencia de la formación de dos

dilataciones transversales en la aurícula, que sobresalen a cada lado del bulbo

cardiaco (Figs. 13-8 B y 13-9).



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