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FORMACIÓN DEL SISTEMA DE CONDUCCIÓN CARDIACO

 Al inicio todas las células miocárdicas en el tubo cardiaco tienen actividad de

marcapasos y el corazón comienza a latir alrededor de los 21 días de la

gestación. Poco después, el marcapasos cardiaco queda restringido a la región

caudal izquierda del tubo cardiaco. Más adelante, el seno venoso asume esta

función, y al tiempo que se incorpora a la aurícula derecha, el tejido del

marcapasos se dispone cerca del orificio de drenaje de la vena cava superior.

Así, se forma el nodo sinoauricular (SA).


El nodo auriculoventricular (AV) inicia su formación a partir de un grupo

de células distribuidas en torno al conducto auriculoventricular, que coalescen

para constituir el nodo AV. Los impulsos del nodo AV pasan hacia el haz

auriculoventricular (de His) y sus ramas izquierda y derecha, para alcanzar

por último la red de fibras de Purkinje, que se distribuye por los ventrículos y

los activa. Excepto por las fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas que

terminan en el nodo SA para regular la frecuencia cardiaca, el resto de las

células del sistema de conducción cardiaco deriva de miocitos cardiacos que se

diferencian en células del nodo, las ramas del haz y las fibras de Purkinje. La

expresión del factor de transcripción TBX3 inhibe la diferenciación de estos

miocitos primarios en células musculares ventriculares, y les permite en vez de

esto diferenciarse para formar el sistema de conducción.



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