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Introducción

La biología molecular ha abierto las puertas a nuevas vías para estudiar la embriología y para incrementar el conocimiento en torno al desarrollo normal y anormal. 

La secuenciación del genoma humano, junto con la creación de técnicas para investigar la regulación genética en muchos niveles de complejidad, ha llevado a la embriología al siguiente nivel. 

Así, desde el nivel anatómico hasta el bioquímico y luego el molecular, la historia de la embriología ha avanzado, y cada capítulo profundiza nuestro conocimiento. 

El desarrollo embrionario está dirigido por genomas que contienen toda la información que se requiere para formar a un individuo. 

La información está codificada en el ADN, en secuencias denominadas genes, que codifican proteínas. 

A su vez, algunas proteínas regulan la expresión de otros genes y actúan como moléculas de señalización que organizan el desarrollo. 

Existen alrededor de 23 000 genes en el genoma humano, que corresponden tan sólo a una quinta parte del número (100 000) esperado antes de completar el Proyecto Genoma Humano. 

Sin embargo, por efecto de los distintos niveles de regulación, el número de proteínas que derivan de estos genes se acerca más a la cifra calculada al inicio.

Lo que se desechó es la hipótesis de un gen-una proteína. Así, por distintos mecanismos un solo gen puede dar origen a muchas proteínas. 

La expresión genética puede regularse en distintos niveles: 
  1. Pueden transcribirse distintos genes, 
  2. El ADN que se transcribe de un gen puede procesarse de manera selectiva para regular cuáles ARN llegarán al citoplasma para convertirse en ARN mensajeros (ARNm), 
  3. Los ARNm pueden experimentar traducción selectiva y 
  4. Las proteínas que se sintetizan a partir de los ARNm pueden tener distintas modificaciones.

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