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PARTO (NACIMIENTO)

PARTO (NACIMIENTO) Durante las primeras 34 a 38 semanas de la gestación el miometrio no responde a las señales para el parto (nacimiento). Durante las últimas 2 a 4 semanas del embarazo, no obstante, este tejido pasa por una fase de transición para prepararse para el inicio del trabajo de parto. Por último, esta fase termina con el engrosamiento del miometrio en el fondo uterino, y su reblandecimiento y adelgazamiento de su tercio inferior y el cérvix. El trabajo de parto mismo se divide en tres fases: (1) borramiento (adelgazamiento y acortamiento) y dilatación del cuello uterino (esta etapa termina cuando el cérvix alcanza su dilatación completa), (2) expulsión del feto y (3) alumbramiento (expulsión de la placenta y las membranas fetales). La fase 1 es producto de las contracciones uterinas que comprimen al saco amniótico contra el conducto cervical a manera de cuña; en caso de existir rotura de membranas, la presión la ejerce la parte presentada del feto, por lo general la cabeza. La fase 2 también es facilitada por contracciones uterinas, pero la fuerza más importante la genera la presión intraabdominal creciente por la contracción de los músculos abdominales. En la fase 3 se requieren contracciones uterinas y se ve facilitada por el incremento de la presión intraabdominal. Al tiempo que el útero se contrae, su fondo contrae y da origen a la disminución progresiva de su cavidad, al tiempo que su región inferior se expande, lo que dirige la fuerza. Las contracciones suelen iniciar con 10 min de diferencia; luego, durante la segunda fase del trabajo de parto, pueden ocurrir con menos de 1 min de diferencia y duran entre 30 y 90 segundos. Su desarrollo intermitente resulta esencial para la sobrevivencia del feto, ya que tienen fuerza suficiente para comprometer el flujo sanguíneo uteroplacentario hacia el feto.

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